16.6.10

Cuando el terror está en tu propia nevera


Hace poco una amiga me enseñó algo que tenía escondido y que nadie más que ella había visto, lo sacó de la nevera: una botella de leche con un líquido en su interior que en un tiempo mejor fue leche. Tenía agüilla rosada en la superficie y algo parecido a queso en el fondo. La botella, por supuesto, estaba cerrada.

-¿Porqué no lo tiras?

-Por que me da miedo. Puede ser un arma biológica.


Este comportamiento no me es extraño. Cuantas veces he abierto la nevera para cocinar algo y me he encontrado ese, por ejemplo, minibrick de tomate frito, que no recuerdo cuando abrí y que no muevo de su sitio, porque si lo hago tendré que tomar una decisión: o lo vierto sobre mis estupendos huevos fritos corriendo el riesgo de ver algo que me da pánico además de asco, o el deterioro es imperceptible -con el consecuente riesgo de envenenamiento-, o lo más lógico, te tiro a la basura y punto.

Pero claro, la basura se saca a una hora, y a partir de otra ya se queda en casa hasta el día siguiente (que no sabes si podrás sacarla o no porque tu vida es así de divertida), y el minibrick una vez sacado de su frío letargo da como más miedo; está ahí, en el cubo de la basura, y a cada minuto que pasa es posible que evolucione en algo que nunca pudiste imaginar, y que provoca tanto repelús que ni la curiosidad lo supera.


Tienes miedo, te da pavor ver algo muerto, miedo a la degradación de lo podrido, a ver en lo que un día te convertirás.


Y entonces dejas el brick ahí, donde parece más inofensivo, como hacía la familia de Roseanne en aquel memorable episodio de la botella de leche cortada que nadie tiraba;

El fin de la pesadilla llega cuando dejas de comportarte como un niño y te comportas como una ama de casa responsable.

8 comentarios:

La Rata del Infierno dijo...

Jajajajajajaja, nena, el ente del interior de la botella va mutando, lo mismo se convierte en genio! Ya no la tiro. Ni de coña después de leer esto.

Uma Chusma dijo...

No, eres exclava del Genio de la botella. Si algún día te mudas, tendrás que hacerlo con la nevera a cuestas, con la Botella en su interior, y deprisita.

Uma Chusma dijo...

He tenido que tirar alubias, garbanzos... se iban a convertir en harina y luego vete a saber en qué.

La dueña del genio de la botella sigue con él en la nevera. Me voy a comprar una máscara antigas.

Gilda dijo...

Sólo espero que la acumulación de gases no devenga en explosión... Alabama, no querría yo tener que limpiar esa nevera impregnada de los efluvios mohosos del genio. Mientras tanto, yo le pondría un cartelito, no vaya a ser que alguna visita sedienta le pegue un trago a la botella y acabes acusada de intento de homicidio.

Kuir Ass Fuck dijo...

En mi casa permanece todavía un bote de mojo verde que fué traído desde La Palma hace ya la friolera de 8 años.
Lo que no se es si el color verde obedece al color propio de la salsa o a la interactuación de mohos y penicilinas varias.
Miedito me da incluso solo abrirlo, no te digo nada tirarlo

Uma Chusma dijo...

Jaja! no quiero imaginar lo que pasará cuando seamos ancianitos

La Rata del Infierno dijo...

Mi nevera está como los chorros del oro, la suelo limpiar una vez al mes. Con agua y bicarbonato. En los sitios donde se ha derramado algo (siempre es salsa de soja) meto más caña. Todas las cosas peligrosas están aisladas completamente en botes herméticos.
23 de julio y con la botella todavía...

Audrie, Munriver and mi dijo...

Yo metería el bote en el congelador inmediatamente.
Ahí, crionizado, posiblemente inofensivo.