15.12.06

SIX IN THE CITY


Lo curioso del flatiron (edificio con forma de porción, o de plancha antigua, con la esquina más esquina que jamás he visto), según nuestro kuir, no es sólo que sea un dieciseisavo de tarta, sino que no se trata de la porción normal de tarta, que como todo el mundo sabe es un octavo. Menos yo, que me vi obligada a doblarme de la risa (con plumas, gorro, orejeras y todo) ante semejante norma. En Tara las tartas (cuando las hay) se cortan en tantas porciones como comensales tengamos... Pero kuir se refería a las pastelerías. Aaaahhh. Así que las maris y kuir, a partir de ese instante, nos vimos obligadas a contar las porciones de cuantas tartas se cruzaron en nuestro camino en la ciudad de los rascacielos.

Llegamos a estas conclusiones fruto de este exhaustivo estudio:

1- Las tartas neoyorquinas se cortan, por regla general, en 12 porciones.

2- Las tartas neoyorquinas de queso se cortan en 16 porciones.

3- Según parece, sólo las tartas españolas se cortan en 8 porciones, aunque para poder afirmarlo con rigor habrá que seguir con el muestreo en territorio nacional.

No sé cómo podía dormir yo antes de saber todo esto. Ni comprar porciones de tarta sin saber si estaban cortadas atendiendo o no a la norma. "P'abernos matao".

4.12.06

¡Milagro en Tara!

¡Oh, dios mío! ¡Dioses todos de todos los universos (conocidos y desconocidos, en expansión, implosión o rasgamiento)! ¡Ha ocurrido algo inexplicable! ¡Estoy conectada a la red de redes! Eso no es ningún milagro, diréis, ya, ya, estar conectado no es milagroso en sí, lo reconozco. Pero sí lo es el hecho de que yo simplemente iba a intentar abrir la maldita disquetera del cd-grabador... Porque tengo que guardar en cd unas fotos antes de llevar el trasto al servicio técnico (para formatear las tarjetas sd tranquilamente y usarlas en niuyordelfríonorte). Audrie me sacó ayer de mi ignorancia mostrándome orgullosa que las disqueteras tienen un lindo agujerito para meter clips (abiertos, clips desenrollados). Ella metió el extremo del clip y la disquetera se abrió (no la mía, la que me mostró ella). Y esta noche, venía yo dispuesta a probar con la estrategia del clip cuando, al tiempo que hurgo en el agujerito en cuestión y compruebo destrozada que el clip se hunde hasta las entrañas de la cpu y nada sucede, empiezo a escuchar ruiditos familiares-casi-olvidados-ya y miro rápidamente a la pantalla. ¡Se estaba actualizando el antivirus! ¡Se ha abierto mi correo! ¡Pero si no he tocado nada! Todo está como se quedó cuando se marchó el téssnico sin haber conseguido nada. Y me dijo que formateara el disco duro. ¡Será cretino!
En fin, que viva la virgen de Tara o el ente superior artífice de semejante maravilla. Ole, ole y ole.