29.6.10

SUPLANTACION DE PERSONALIDAD EN BLOGGER

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¿¿TENEMOS QUE CERRAR EL BLOG PORQUE LA SEGURIDAD ES UNA MIERDA??

16.6.10

Cuando el terror está en tu propia nevera


Hace poco una amiga me enseñó algo que tenía escondido y que nadie más que ella había visto, lo sacó de la nevera: una botella de leche con un líquido en su interior que en un tiempo mejor fue leche. Tenía agüilla rosada en la superficie y algo parecido a queso en el fondo. La botella, por supuesto, estaba cerrada.

-¿Porqué no lo tiras?

-Por que me da miedo. Puede ser un arma biológica.


Este comportamiento no me es extraño. Cuantas veces he abierto la nevera para cocinar algo y me he encontrado ese, por ejemplo, minibrick de tomate frito, que no recuerdo cuando abrí y que no muevo de su sitio, porque si lo hago tendré que tomar una decisión: o lo vierto sobre mis estupendos huevos fritos corriendo el riesgo de ver algo que me da pánico además de asco, o el deterioro es imperceptible -con el consecuente riesgo de envenenamiento-, o lo más lógico, te tiro a la basura y punto.

Pero claro, la basura se saca a una hora, y a partir de otra ya se queda en casa hasta el día siguiente (que no sabes si podrás sacarla o no porque tu vida es así de divertida), y el minibrick una vez sacado de su frío letargo da como más miedo; está ahí, en el cubo de la basura, y a cada minuto que pasa es posible que evolucione en algo que nunca pudiste imaginar, y que provoca tanto repelús que ni la curiosidad lo supera.


Tienes miedo, te da pavor ver algo muerto, miedo a la degradación de lo podrido, a ver en lo que un día te convertirás.


Y entonces dejas el brick ahí, donde parece más inofensivo, como hacía la familia de Roseanne en aquel memorable episodio de la botella de leche cortada que nadie tiraba;

El fin de la pesadilla llega cuando dejas de comportarte como un niño y te comportas como una ama de casa responsable.