4.9.10

SOY UNA PURETA

Bien, vuelta al cole.
Ayer salimos la señorita O'hara y yo a tomarnos unas copillas para celebrarlo, con cautela después de mi envenenamiento con posh-gin-tonic. Madrid viernes por la noche, ya están todos aquí.

Y si, con la ayuda sms de Fauces llegamos a la Pequeña Betty, el cuál nos vimos obligadas a abandonar debido al concierto que allí se daba, sonido sólo apto para familiares de los músicos.
Así que buscamos otro lugar, pero como nos encontrabamos en el reino gay y no hay que desaprobechar la escasas salidas que hacemos y la sureña sabe muy bien lo que quiere, intentamos hacer una parada en un lugar supuestamente neutral nostálgico y nos dirigimos a Museo Chicote, a ver que se cocía alli.
El la cazuela, música discotequera, tacones de aguja, parejas maduritas y la entrada triunfal de Boris Izaguirre con su séquito. La señorita Ohara me asegura que Gonzalo Miró me ha hecho ojitos, pero no me veo yo capaz de abordar tal empresa, por mucha tableta de chocolate que el señor tenga. Yo estaba absorbida por la contemplación del camarero negro, que ha participado en las fotos publicitarias de una empresa de telefonía móvil, y que tiene una sonrisa de las que no se ven todos los días.

Salimos de allí y enfilamos Fuencarral. Riadas de personas se dirigían hacía Gran Vía (coíncidiendo con el cierre de la mayoría de los bares), y muchos de ellos practicando ese deporte tan lamentable de mear en la calle, tan apreciado por el madrileño macho, que confiere al ambiente nocturno de la ciudad ese aroma tan especial.

En la fila del Honky Tonk nos dimos cuenta de que casi doblabamos la edad a los que allí se reunían. Serán imaginaciones mías, dentro estarán los que van todos los días allí. La verdad es que hace tiempo que no me paso.
El bar petado, nos dirigimos a la parte de abajo. Nos llevó unos veinte minutos llegar hasta la barra, despeinadas y sobadas por esos mocosos, conseguimos pedir las bebidas y hacernos un hueco, lo cual fué inútil ya que la gente dirige sus pasos según choca con obstáculos como la señorita O'hara, que no conseguía concentrarse en su copa.
Mucho más increíble era la música que se estaba pinchando. ¡TECHNO! Ni más ni menos. ¡¡Y todos se la sabían!! El contraste de la música con las fichas de los Rollings y las guitarras colgadas era brutal.
Alpargata quiere creer que es por el concierto que hubiese esa noche, o porque es fin de semana, pero me temo que el público del local ha cambiado radicalmente. En fin, nos dimos por vencidas cuando los zumbidos electrónicos no permitían escucharnos a nosotras mismas.

26 comentarios:

Uma Chusma dijo...

Al llegar a dónde yo suponía el bulevar de Alonso Martinez me siento perdida ¿dónde estamos? ¿Os acordais del chiringuito acristalado? Ya no existe . Todo ha sido sustituido por bloques de granito, que además de ser feos sirven para sentarse, todo puesto en diagonal, sin ninguna gracia, los árboles que han dejado (creo que sólo los pequeños, porque los grandes molestan a los bloques de cemento) están enmarcados con esa sustancia porosa que si ayuda a los invidentes a no tropezar con los charcos que se puedan formar, los dirige sin remedio hacia el tronco del árbol.
En fin, el bulevar compite en fealdad con la plaza de Tirso de Molina, las reformas de Lavapiés, la plaza de la Guindalera en la calle Cartagena, la plaza de Felipe II, y tantos sitios arquitectura granítica y cementística que hacen que te sientas como si vivieses en la ciudad de los Sims.

Alpargata O'Jara dijo...

Ayayay, qué noche más poco fructífera, señorita Uma, si al menos hubiese Vd. tenido el valor de guiñarle el ojo al señorito Miró... teníamos que haberles seguido, aunque seguro que ellos también acabaron en un tecno-antro. Esto nos pasa por salir tan poco últimamente. Nos cambian músicas y clientelas y vamos a tener que tirar de la guía del ocio para la próxima vez. Habráse visto!

Uma Chusma dijo...

si es que teniendo Tara, a ver quién quiere salir de casa.

Sufrida Loren dijo...

¿Y qué fue del Templo del Gato y de la Coquette? Ahí seguro que nada de tecnopijo ni cosas raras. Si esque a quién se le ocurre lo de Perico Chicote... En fin. La próxima vez voy con vosotras y aunque sea nos marcamos una de Bluvulva. Que una es sufrida pero no por gusto...

Sufrida Loren dijo...

Por cierto queridas, NADA DE GUÍA DEL OCIO. ¡Qué vulgaridad!

Bande à part dijo...

Regresé de vacaciones muy pasado de peso, para que ocultarlo. Instauré radical dieta que en una semana ha aliviado cinco kilos a mi viejo y gastado esqueleto. Aquí la dejo para provecho de la humanidad:

-En la hora prima, rezar un rosario con sus cinco misterios y echar dos polvos sin sacarla. Luego café con leche desnatada y sandía a discreción.

-Después del Angelus, gambón de Garrucha, ostras de Vigo y blanco de Viura. Siesta y sexo oral.

-Al ponerse el sol, recogimiento, chill out feble y marciano, un gin tonic bien servido y meditación mirando al mar. Luego despedida y cierre. No hay más.

Cinco kilos. Mano de santo.

Uma Chusma dijo...

Estoy sin palabras. Me lo apunto.

Miedo me da ir al templo felino, Sufrida. Y necesito contar algo que no tiene que ver mucho que me pasó ayer.
Al Blue Velvet intenté yo ir anoche, salientes de la barra libre de la boda familiar.
La verdad es que tengo yo mala y buena suerte a puñaos iguales, que se neutralizan una con otra pero me hacen sudar bastante.
Mi hermano se casó ayer en una pradera, con toldillo y sillas tapizadas y enlazadas, y pétalos de rosas en el suelo. Fué una boda preciosa y emotiva de la cuál no voy a dar detalles porque no viene al caso.
Yo era de nuestra familia la que tenía que hacer fotos, y así lo hice hasta que me quedé sin baterías. No sé cuantas millones de veces saqué y guardé la cámara.
A esto que ya fuera del recinto que había quedado desierto, busqué la cámara y no la encontré. Corrimos a la zona dónde podría estar y no vimos nada, ni a nadie a quién preguntar.

Uma Chusma dijo...

Y pensé y pensé, y cuanto más vueltas le daba, más claro veía que la había robado el personal, ya que no eramos muchos invitados, y si alguien la encontrase habría sido muy fácil contactar con los novios.
La cámara ya me daba igual, aunque venía de NY y de las maris.
Después de un largo rato en el que algunos querían ir de copas y yo quería matar a alguien... apareció la cámara de la mano del Maitre. Como la encontró si yo la busqué y no la ví (y estaba muy interesada)es un misterio.

El caso es que si nos fuimos de copas y huyendo de la Noche en Blanco del centro de Madrid llegamos al Velvet cuando estaban chapando, así que nos pasamos al bar que está justo enfrente, que abre hasta las seis, y que son encantadores y nos hicieron precio especial porque no se esperaban unos recién casados esa noche. Barra, dardos y mesas donde el cuñado de la novia nos dejó boquilocos con trucos de magia improvisados.

Alpargata O'Jara dijo...

Ay, qué susto con la cámara, querida, estas cosas en Japón no pasan, mira que si te quedas sin las fotos... Menos mal que el maitre fue un caballero (espero que luego corriera a collejas al que la "encontró").

Qué tal la cena? Me alegra saber que hay un lugar adonde ir cuando cierran el bluvulva, y que lo pasárais bien, claro.

Uma Chusma dijo...

La cena estupenda, la boda preciosa.
Si lo pasamos muy bien.
Voy a ponerme con la dieta de band a part.

Kuir Ass Fuck dijo...

Seguro que el Miró la miró, su felina mirada y sonrisa son irresistible. Aunque juraría que está con la ex-cantante de La oreja de Van Gal.
Sobre la cámara: cuenta una leyenda urbana que un individuo extravió una cámara fotográfica en la gran manzana (este último dato no es seguro, pero no deja de ser una leyenda urbana lo cual lo hace intrascendente)
Alguien se encontró esa cámara y utilizó las imagenes (creo que las imagenes si que eran de Nueva York, pero sigue siendo un dato superfluo) y colgando algunas de las instantaneas que contenía la tarjeta de memoria de la cámara en unas redes sociales, algunos de los individuos se vieron identificados en esas fotos.
Al cabo de cierto tiempo (creo que unos meses, tal vez sería algo menos pero tampoco es un dato relevante) la cámara llegó a su propietario/a que gracias a los datos dados por personas que él/ella fotografió dió con el individuo que se había encontrado esa cámara y pudo recuperarla.
Si esa misma cámara se hubiera perdido por otros lares...

Sufrida Loren dijo...

Joder Mari, menos mal que a tí te la devolvió el metre ese...

Uma Chusma dijo...

para que veas Kuir, el poder de las redes sociales no tiene límite... y da miedito.

1979 dijo...

Perdí mi afición al flamenco una lejana noche en Atocha esquina a Cañizares, donde me recetaron una mojada en la ingle de pronóstico reservado. El agresor, un banderillero de Litri padre, creía así lavar el honor de su hija que era bailaora en Casa Patas y gustaba putañear con los señoritos.

He vuelto poco por los tablaos, pero sí me acerco al teatro a ver a los flamencos que forman compañía y presentan su propio espectáculo.
Anoche fui al Poliorama, en las Ramblas de las Flores, donde la bailaora María Pagés ha estrenado su show "Autoretrato". Serán los años, o los desengaños, pero a mí aquello me pareció grotesco. Ver a los bailaores con rostro transido mientras se oye una grabación de Saramago recitando absurdo poema, me revolvió las tripas. El flamenco murió con la sociedad de consumo o tal vez antes. Todo lo que anda por ahí es de bote. Los cantaores aprenden a cantar de bote, no hay más transmisión que la del lorailo. Hoy, seguir hablando del ‘jilo negro’ o de los ‘malacatones de Ronda’, por no decir de las ruedas de presos, es hablar de mercancía averiada.

Pero lo cierto es que ver moverse a las bailaoras como lozanas jacas me la puso muy dura. Ramblas abajo busqué furtivo consuelo con una lumi morena cuyo culo me hizo dueño del cielo. Lo divino nos asalta en cualquier esquina. Suele hacerlo a traición.

Bodies dijo...

Detesto el helado de turrón, me parece un puro engaño. Al fin y al cabo no es más que una tableta de turrón de Jijona puesta en el congelador pero sin llegar a tomar la consistencia y dureza propios de los productos congelados. Imagino que los estabilizadores tendrán algo que ver.
Lo que no logro entender es porque utilizan leche desnatada o parcialmente desnatada con la cantidad de productos hipercalóricos que luego lleva.
Será para compensar.

Uma Chusma dijo...

1979, A mí el flamenco siempre me pareció de bote, pero lo achaco a mi falta de sensibilidad al género ¡y eso que me he esforzado para que me llegue dentro! La última fué una tasquita en la que entré sin comerlo ni beberlo, y allí estaban los cantaores gesticulando, y yo prestándoles mucha antención para entender lo que me decían, y de repente me dí cuenta de que estaba yo representando una actuación estelar de espectadora interesada, y toda la escena se me hizo ridícula y falsa. Desee que se acabase cuanto antes, porque desde muy niña me enseñaron que no hay mayor feo que levantarse en medio de una actuación. De pronto era como si fuese yo la que estuviera en el escenario y todos me mirasen, y viesen através de mi máscara absurda las pocas ganas que tenía de estar allí.
Nunca fuí buena actriz, tengo que aprender a mentir mientras soy consciente de que lo hago, no se puede ser tan jodidamente transparente.

Afortunadamente para ti, 1979, la lumi morena te vendió sexo de bote para que te creyeras ser el dueño del cielo, y con eso te has quedado: eso es lo que le pides a la sociedad de consumo, y eso es lo que te da.

Audrie, Munriver and mi dijo...

A veces también da helado de turrón, pero 1979 no tuvo esa suerte seguramente.

Thirty-three dijo...

¿Qué es una lumi? ¿Es algo bonito?

Thirty-three dijo...

¿Y que es lo que le puso dura? Lo siento, pero debo ser muy corta.

1979 dijo...

Siempre que me presentan a alguien empiezo a descontar el tiempo que falta para tener confianza con él y contarle una historia que pasó hace muchos años, cuando mi familia llegó a Pontevedra y empecé la EGB en Campolongo. Recuerdo con más detalle mi primer día de clase que lo que hice la semana pasada, por la violencia del cambio y por lo alejado que me vi de todos aquellos niños que salían de la misma aula de parvulario y gritaban sandeces, subidos a las sillas, por haberles tocado el mismo grupo. Allí estábamos, con seis años, sentados los unos con los otros sin saber aún que en cuatro paredes como ésas se forjan, según la posición de los pupitres, las alianzas políticas del futuro y los amores irreemplazables.

1979 dijo...

Yo no hablé con nadie. Mi timidez no era aristocrática sino pueblerina; al decir la profesora mi nombre por primera vez delante de la clase hubiera querido meterme debajo de la mesa o echar a correr a abrazarme a las faldas de mamá. Cuando llegó el recreo cada grupo se fue a lo suyo mientras yo me senté fuera del pabellón mirando a una fachada del colegio con las piernitas colgando, sin nada que hacer ni nadie a quien dirigirle la palabra; ni triste ni alegre, sólo aburrido. No debieron de pasar más de cinco minutos cuando un niño que pasaba corriendo se paró frente a mí y me dijo: “¿Corres?”. Reconocí a mi compañero de pupitre. Me encogí de hombros: “Vale”. Esperé a su lado a ver qué hacía y echó a correr, y corrí con él. Yo no sabía si estábamos compitiendo o qué, así que por si acaso aceleré un poco y gritó enfadado: “¡Pero a dónde vas!”. Me puse de nuevo a su lado y echamos lo que quedaba de recreo dando vueltas al edificio sin decir palabra, como esos viejos que juegan a las cartas cinco horas en silencio porque lo tienen todo dicho.

1979 dijo...

Sonó la sirena, volvimos a clase y ayer me llamó por teléfono para tomar una caña. Le dije lo que oficialmente le estoy diciendo a la opinión pública: que a mí todo lo malo que me pasó en la vida fue por salir de casa. Insistió tanto que le pregunté ya impaciente: “¿Pero qué quieres, "hablar"?”. “No, no. Es que quiero inviterte.Hoy cumplo años". Nos puso a cenar a unos cuantos y nos despedimos a la una; vi su espalda ancha subiendo San Román con el andar pesado y alegre agarrado a su chica y rodeado de gente, con la misma autoridad que un senador romano. Así ahora, cagondios, y así el resto de tu vida, porque nunca se me ocurrió a mí nadie en el mundo que mereciese tanta felicidad como tú. Y me fui hacia el coche pensando que aquella carrera alrededor del colegio no había parado ni un segundo, como si dos fantasmas se hubiesen quedado a dar vueltas allí esperando a que sonase la sirena, mientras dos extraños se pusieron a crecer de repente, y a compartir los sueños y los riesgos de la vida.

Audrie, Munriver and mi dijo...

A ver, 1979:
No sé a qué viene esta autoinvitación que te has hecho.

Si quieres escribir cómprate un cuaderno.

Si quieres que te leamos, para empezar preséntate, y para seguir, sé tan diestro como para, por lo menos, adaptar tu sensibilidad flemática, húmeda y galegosa a lo que nosotras comentamos.

Vaya por delante que éste es un blog abierto, pero eso no quita para que a mi, particularmente, me toque las pelotas este tipo de intromisiones vanidosas.

Y ten una miajita de dignidad, prenda, que ya Uma te ha dado un toque con la mano izquierda.
Seguramente ni lo habrás leído, verdad? Onanista.

A que no eres capaz de quedar conmigo a la salida del puto colegio ese de los cojones. Y déjate las gafas dentro.

Ya está bien, hombree.

(Perdoncito Maris, pero me ha tocado la moral el pedazo de endiosao pedante afectado)

Uma Chusma dijo...

Eso! y ya que estás aquí vete a darle de comer a los peces del baner, que tienen hambre!

Gilda dijo...

Joven (me refiero, obviamente a ése con nombre numérico), como diría mi tío Fausto: ¡¡HUMO!! ¡¡HUMO YA!! A mirártela a otra parte, hombre. Esto lo digo yo.

perdonen que siga por aquí dijo...

¡¡¡Jajajajaja!!!
¡¡qué trifulca!!
¡¡¡Perdonad que me entrometa, pero es que me desovo!!!
como mola.
¡¡Sois unas marus de escalera!!
Genial.