San Borondongo y el misterio del cuarto Canario

¡Por primera vez en la historia del blog una entrada editada por dos maris!¡Taa-ta-tachán!
Sepan Vds., maris, consortes y lectores, que en Fuerteventura no saben lo que es un "bochinche" (ni yo tampoco, dirán Vds.). Ajá, ni yo. Pero el tercer canario dice que así es como llaman en Gran Canaria a unas tascas endémicas, adornadas con jamones, donde te sirven cerveza y jamón en papel parafinado y te cobran luego a ojo. Pero aquí ponen cara de póker, será porque es otra isla y no se hablan con los canariones. Nos mandan a San Mondongo. O Borondongo. ¿Estamos en África? ¿Dónde vamos? ¿Es vudú?

En fin, después de mucho caminar por el paseo marítimo del pueblo de unos escasos 15 metros encontramos el bollinlle San Borondón (de toda la vida, la de velas que le habré puesto en todos estos años de devoción), música en directo, mucha madera, mucho jamón añejo ahumado con tabaco -eso no se come, nena- y cervecita. Al tercer canario se le ocurrió pedir cerveza C.G.C. (cervecera gran canaria, de toda la vida conocida por los canariones) y la camarera muy simpática le miró extrañada -no tengo ni idea de que es eso- "tenemos tropical o heineken""¿y dorada?""no, no, dorada aquí no".

Conclusión: En Morro Jable no hay bollinlles, sino tabernas; al jamón majorero tabernero ni os arrimeis; el mojo rojo y la cerveza tropical, que la heineken viene calentita y en botellín escaso.

¡Menos mal que a mitad del viaje nos tomaron por chicharreras! Ejque con este acento...